El mundo en el que vivimos es real o es una ilusión

11.09.2020

El mundo que conocemos lo estamos creando con nuestro pensamiento, es sólo una idea de nuestro yo superior, alma o espíritu, os preguntaréis pero si yo veo y puedo tocar objetos para mí el mundo es real, pues debes saber que en cada mundo donde nuestros espíritus encarnan existen determinados acuerdos de percepción, la unión de dichos acuerdos engloban todo lo que vemos y percibimos y es lo que determina la Matrix en la que vivimos, hay Matrix en diferentes densidades, en el caso de la Matrix 3d y 5d, se caracterizan por la materialización de los objetos y personas, pero existen altas densidades donde ya no hace falta la materialización física para poder experimentar determinadas vivencias.

Existen personas tanto en el 3D como en el 5D que han conseguido romper estos acuerdos preestablecidos de encarnación, principalmente en lugares como la India con la práctica del Yoga y del budismo, con mucha meditación, espiritualidad, práctica y concentración han conseguido superar esa barrera de lo que es real y adquirir dones que para algunas personas lo relacionan con la magia o lo sobrenatural pero que en realidad son alcanzables por cualquier persona, entre estas habilidades psíquicas o extrasensoriales está la telepatía, la auto-curación, la levitación, los viajes astrales e incluso el poder tele-transportar tu cuerpo físico hacia otros lugares o planetas, esta facultad es rara y muy difícil de conseguir, ya que necesitas además de romper los acuerdos de vida, estar en una densidad muy alta, alcanzar una frecuencia-vibración por encima del 5D y conlleva una vida espiritual, sin apegos y una total empatía con todos los seres del universo.

Es muy importante desprogramarse de la Matrix y así cuando nuestro espíritu desencarne no se lleve la Matrix con él, ya que cada uno de nosotros somos Dioses y si generamos apegos al mundo físico al desencarnar pasaremos al plano astral con la intención de seguir esa vida de apegos que dejamos, manifestando y creando el volver a encarnar en la Tierra, creándose así la famosa rueda de encarnaciones del Samsara, el ciclo de nacimiento-vida-muerte y encarnación, muy famosas en las tradiciones Budistas e Hinduistas.